Realmente me pregunto si de verdad ocurrió eso que viví...
Fue algo así como una energía poderosa que recorrió las calles de Esquel, se metió por los cuerpos de la gente y ‘viajó por las piernas de la noche’ (como diría mi amigo el flaco) encendida como las mismísimas estrellas..
Fueron días de intensa actividad en relación a la lucha contra la contaminación, la destrucción, el saqueo de los recursos naturales y posterior quebranto de nuestra madre tierra.
Luego de varios meses de organización por parte de los vecinos por el No a la Mina de Esquel, la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) tuvo sede en nuestra combativa ciudad. Un programa cargadito, con una concurrida marcha de antorchas el día sábado 27 por la noche, dónde pudo apreciarse la calidez humana (además de la del fuego) y la fuerza de la unión en la defensa de un principio fundamental que nos convoca y nos mueve a todos a poner el pecho a las balas.
De por medio música de la mano del Coronopio, dirigido por el afamado músico y amigo de la casa Eduardo Puyelli, canelones, la participación de algunas bandas juveniles y Teatro de la Cuadra para todos.
Muchas sonrisas y de postre, el domingo 28 en Av. Irigoyen y Rivadavia inauguración de un mural, que invita a transitar la reflexión con sus imágenes originalmente ideadas por Sofía Calvo y Walter Arbe, con la colaboración de Rodrigo Painian, Luisina Romano, Laura Ortiz, Marta Sottile y Paola Lobos, entre otros artistas que dejan esta impronta de lo que significa la unión por nuestra tierra.
Y cómo olvidar el cierre con las danzas circulares!! Un fin de semana llenador!
¿Cómo no se iba a sentir toda esa energía??