Aprovechando un feriado de miércoles, visité brevemente la subida del cañadón de los guanacos camino a La Hoya. La mañana parecía que no iba a entregar mucho salvo por unos comesebos y un picaflor rubí, pero cuando volvía hacia el auto con más sol, me encontré nuevamente con un amigo de la casa que probablemente tenga su hogar entre esos Ñires, el Carpinterito araucano (Picoides lignarus) que se dejó fotear un poco más que la última vez...
Y cuando se alejó, y yo seguí contento mi camino, me entretuve mirando un guanaco cuando escuché nuevos golpeteos en otro ñire, tratándose esta vez de un Picolezna (Pygarrhichas albogularis) que se dejó acercar bastante...
Y cuando se alejó, y yo seguí contento mi camino, me entretuve mirando un guanaco cuando escuché nuevos golpeteos en otro ñire, tratándose esta vez de un Picolezna (Pygarrhichas albogularis) que se dejó acercar bastante...
Una visita hermos a un gran gran lugar, recomiendo ir después de las 10 porque antes no pega el sol..
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Javier
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