El sábado nos dimos el lujo de visitar la montaña con un clima ideal, cálido, calmo y despejado. Nos adentramos en el sendero que nace en la curva de los guanacos camino a La Hoya y encontramos muchas cosas interesantes, unas doce especies de aves algunas específicas de alta montaña como el Yal plomizo, que sumaron casi 30 en total con las que observamos en el camino hacia el lugar.
Algunas especies típicas del bosque también aprovechan los bosques de lengas cuasi relictuales que hay en los cañadones.
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