El otoño para las aves

Y para nosotros también! Los árboles empezaron a amenazar con ponerse amarillentos, con dejar caer algunas hojas, y sin darnos a elegir nos atacó un día de lluvia que nos metió de prepo el otoño. Una estación que se siente extraña, quizás porque el año pasado fue interrumpida violentamente con la erupción de un volcán. Y ya no hubo más otoño y casi nada por bastante tiempo. La primavera apenas logró levantar vuelo, nuevas generaciones salieron temerosas de sus cascarones, bamboleantes, tomaron fuerzas en el verano y hoy viven su primer otoño.

La cordillera se va a ir vistiendo de rojo y un día se va a congelar todo, como siempre. Los pájaros que se quieran quedar, la van a pasar bastante mal. Abriguemos con nuestras sonrisas y nuestras chimeneas el aire de Esquel y recibamos de a poco la compañía de los picaflores, los tordos, los loros (ya están de vuelta los barranqueros), y todos los que quieran refugiarse entre nuestros jardines.