El domingo pasado concretamos la primera salida de observación de aves programada para este año 2009 con destino a Laguna Carao.
A pesar de que el clima venía en franca mejoría después de una semana de fuertes vientos, ese día amaneció nublado, fresco y hasta casi lluvioso. Nada impidió que el grupo de unas diez personas se fuera congregando en la esquina de Alvear y Sarmiento, acercándose esquivando gente alegre y otra no tanto, nada raro para un domingo a las 7 de la mañana.
Cuando se completó la reunión, nos aprestamos a salir hacia la laguna. El ánimo era bueno, a pesar de la hora, como suele pasar en estos encuentros. El camino era bastante irregular pero no impidió que llegáramos enteros hasta la tranquera donde dejamos los vehículos.
Al acercarnos, nos recibieron dos Águilas moras, vigilantes subadultas, posadas en los postes del tendido eléctrico, como los guardianes de un territorio que no nos pertenece. Pasadas las siete y media empezamos a caminar los
La laguna, allá en el fondo, parecía desierta, ausentes las siluetas rosadas de los flamencos o los puntitos blancos que anticipan cisnes a flote. Pero a medida que nos fuimos acercando y, con la ayuda de los instrumentos ópticossss, fuimos descubriendo la enorme variedad de animales que convivían a flote en la laguna. Patos, gallaretas, macáes, cisnes, flamencos, cauquenes, casi todos con crías de distintos tamaños y en distinto número.
Los teros reales también andaban con juveniles y quizás algunos hayan estado anidando porque durante un rato no nos dejaron en paz, sobrevolándonos con sus ladridos que, no son ni cerca tan molestos como los del tero común, pero sorprendentemente persistentes.
Instalados en la tribuna oficial desde donde vigilamos todo lo que pasa en la laguna nos dimos un festín de especies, los macáes desfilaban con sus polluelos montados sobre el lomo, los pequeños cauquenes en fila india seguían a sus madres mientras los varones discutían y defendían sus territorios, los chimangos nos sobrevolaban, los pitotoyes caminaban inquietos cabeceando sobre el mallín, las golondrinas posaban ordenadas sobre un alambrado, toda la armonía conjugada en un ambiente natural, imperturbado. Nosotros como espectadores pasivos, materos, y alucinados, observamos el despliegue con las manos frías y el alma caliente. Algunas pocas horas y 42 (?) especies después, eolo polar comenzó a soplarnos la nuca, y nadie dudó a la hora de volver al calor del hogar, eso sí, todos volvimos sonrientes.
Riqueza y abundancia aproximada:
- Loicas 2
- Cauquenes comunes +20 (algunos con crías)
- Diucón 1
- Zorzal patagónico 2
- Canastero coludo 1
- Chimango 5
- Águila mora 2 (subadultos)
- Tero común 10
- Bandurria 6
- Tero real +30 (con juveniles)
- Pato barcino ++
- Pato overo ++
- Pato cuchara 2 (pareja)
- Cachirla común 4
- Macá plateado ++ (con crías)
- Flamenco 3
- Cisne de cuello negro ++ (con crías)
- Coludito cola negra 2
- Gaviota capucho café +10
- Macá chico ++
- Golondrina patagónica ++
- Golondrina barranquera 1
- Gallareta de ligas rojas ++
- Pico de plata 1
- Diuca 1
- Gallareta chica 3
- Pato maicero ++
- Varillero ala amarilla 3 (macho juvenil y hembras)
- Pitotoy chico 3
- Pitotoy grande 5
- Falaropo tricolor 1
- Pato zambullidor chico 2 (pareja)
- Junquero oído
- Tachurí oído
- Sobrepuesto 4 (M y H)
- Torcaza 1
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